martes, 3 de diciembre de 2013

El éxito es un 1% de inspiración y un 99% de transpiración.

Voy a decirte algo que seguro que ya sabes. El mundo no es todo alegría y color, es un lugar terrible y por muy duro que seas, es capaz de arrodillarte a golpes y tenerte sometido permanentemente si no se lo impides,ni tú, ni yo, ni nadie, golpea más fuerte que la vida, pero no importa lo fuerte que golpeas, sino lo fuerte que pueden golpearte, y lo aguantas mientras avanzas, hay que soportar sin dejar de avanzar, así es como se gana.
Si tú sabes lo que vales, ve y consigue lo que mereces, pero tendrás que soportar los golpes, y no puedes estar diciendo que no estás donde querías llegar por culpa de él, o de ella, ni de nadie..., eso lo hacen los cobardes, y tú no lo eres.
Tú eres capaz de todo.
Piensa que en el camino, la competencia va a ser brutal, mientras estés durmiendo va  haber alguien que está trabajando para ser el mejor en lo mismo que tú quieres tener éxito, mientras estés descansando o despejandote, va a haber alguien que va a seguir trabajando, y si no estás dispuesto a poner todo ese esfuerzo quizás simplemente no has sido del todo sincero.

jueves, 22 de agosto de 2013

"Hasta que nuestros corazones dejen de latir"



Allí donde se cruzan los caminos, detuve mis pasos.

Tus manos recorren todo mi cuerpo, tú encima mía: sonrío. Y nos besamos, por cuánto tiempo, no lo sé. Las cosas se hacen bien o no se hacen cariño. Y acercas tu boca a mi oído, la acercas mucho, y me susurras, "fóllame". Ay. Te gusta el juego violento, y yo estoy demasiado caliente como para decirte que no. Demasiado caliente como para poder siquiera responderte algo coherente. Te follo. O, claro, mejor dicho: follamos. Una y otra vez, y luego otra vez. Se nos hace tarde, pero no tenemos prisa, no voy a dejar que vayas a ninguna parte, y lo sabes. Empezamos a entender que después de eso, de lo nuestro, no tenemos demasiado. "Enciendete un cigarro" me dices, tumbado a mi lado. Estás precioso joder. "Y si vivimos aquí para siempre, qué me dices", te pregunto. Y me miras, te brillan los ojos. "Ojalá", respondes. Y te entiendo perfectamente. Ojalá, pero no, porque va a amanecer en cualquier momento y la vida va a seguir como siempre. Vamos a tener que irnos más temprano que tarde. Más ahora que nunca. Mañana nos va a tocar sobrevivir, como de costumbre. Notas que estoy indignada, y me coges de la mano, me sonríes. "No te preocupes que las cosas saldrán bien, Raquel". Ya, bien, pero hasta cuándo. "Ojalá", te devuelvo la jugada. Y cierras los ojos, terminas quedandote dormido, aún te tengo cogido de la mano, y empiezo a pensar que, al menos, nos tenemos. Y me pongo a recordar cuando no tenía nada y me pasaba las noches contando las horas de sueño que me quitaba ese insomnio tan estrechamente relacionado con la soledad y con ese no saber muy bien qué hacer como mi vida. Las cosas han mejorado bastante, concluyo, bastante. Y si busco los motivos de ello, siempre me acuerdo del color de tus ojos. Y creo que no puedo esperar mucho más de la vida.