miércoles, 2 de junio de 2010

Un día cualquiera...

Creo que fue justo en ese momento, en el momento en el que posé mi cabeza sobre su tripa, y podía sentir su respiración, podía sentir como se aceleraba cuando se reía, y tan bien podía sentir como se tranquilizaba cuando miraba el cielo.
En ese momento me di cuenta, de que junto a él, podía ser como yo quisiera, podía ser yo, sin miedos, sin peros, sin dudas...
Que tumbada allí, podría llegar a pasar cualquier cosa, pero yo no pediría nada más, yo, me conformaría con que ese momento no se acabara nunca.
El tiempo es injusto, cuando mejor estás, decide por apresurarse, y hacer que todo eso que estas viviendo se acabe..
Y una conversación, una mirada, una sonrisa, algún que otro vídeo, risas, siempre risas.
Pasan rápido, y mañana solo serán recuerdos, una alegre anécdota tal vez, pero poco más.
No le puedo pedir más.
Él me dijo:
-¿Donde guardas toda esa esperanza?
-En un cajón, y cada vez que me hace falta, saco un poco.
-Yo vacié el cajón hace tiempo.

Pero la esperanza, y las ilusiones son lo último que se pierde.
Ojalá, pudiera vaciar el cajón, y no quedar nada dentro, solo los buenos momentos, solo las risas..
Pero no puedo, él tiene la llave del candado..

No hay comentarios:

Publicar un comentario