viernes, 29 de julio de 2011

Volví a soñar contigo.

Tú, tumbado sobre mi, mis manos acariciaban tu espalda mientras que te quedabas dormido, apenas había luz. Algunos rayos de luna se colaban por las pequeñas cortinas y me dejaban diferenciar cada uno de tus lunares.
Sonreía mientras que tú, dejabas que tu cuerpo se estremeciera por el tacto de mis manos.
Silencio. Oscuridad.
Abro los ojos, ya no estás.

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